Programa AMANA. Historia de una despedida
Se podría llamar Ana, María, Vanessa… o cualquier nombre de mujer.
Entró en el programa AMANA hace 8 meses, siendo así la primera chica con la que inauguramos nuestro recurso residencial.
Expectante, con muchos miedos, inseguridades, pero con gran motivación por empezar ese cambio tan necesario en su vida, inició su camino, el camino hacia su propia libertad, el camino que la llevaría a reencontrase a sí misma.
Durante estos ocho meses de estancia, Ella ha trabajado intensamente, comprometiéndose día a día, alcanzando pequeñas metas, reconstruyendo sueños. Desde el programa AMANA se ha incidido especialmente en la inserción laboral, ofreciendo formación para una mayor y mejor empleabilidad. Así mismo, se han realizado las acciones necesarias para reforzar sus vínculos familiares y sociales. Mediante talleres y actividades, hemos fortalecido la autoestima, desmitificado el amor romántico para poder establecer relaciones sanas y en términos de igualdad. Y con gran esfuerzo e implicación, Ella ha conseguido recuperar lo que la vida y sus circunstancias le arrebataron.
Y tras este duro trabajo y proceso, no exento de dificultades, regresa a su hogar, se marcha con los puños bien cerrados (como buena luchadora) dispuestos siempre a afrontar las adversidades que puedan venir, porque esa inseguridad ha sabido transformarla en fuerza y en determinación para poder agarrar con firmeza las riendas de su vida.
Gracias por todo, mujer. Suerte en tu nuevo camino. Siempre formarás parte de nosotras. Hasta siempre.
“Me estremecieron mujeres
Que la historia anoto entre laureles
Y otras desconocidas gigantes
Que no hay libro que las aguante”
Silvio Rodríguez